Efesios 6:5-6 Siervos, obedeced á vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como á Cristo; No sirviendo al ojo, como los que agradan á los hombres; sino como siervos de Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios;
Estando orando cierta tarde, pedí a Dios para que mis hermanos en la congregación fueran socorridos con mejores trabajos y mejores percepciones económicas, y mientras oraba a Dios, vino a mi mente que El anhelo de Dios es bendecirlos, pero el problema de muchos ha sido que no saben comportarse en el lugar de trabajo y no son eficaces en las funciones que realizan. Los mandan a hacer algo y lo hacen mal o a medias, tardan horas, no son productivos, y claro ¿Quién quiere un trabajador así?
El problema no está en las promesas de Dios, sino en la actitud nuestra. Si no somos obedientes a los principios Bíblicos, ¿Como obtendremos los beneficios de la obediencia?
Aprendamos:
1.- La obediencia
... Empleados, obedecer a nuestros jefes…
La obediencia en este contexto significa, escuchar y dar oído y así someterse y obedecer. Es decir que para poder ejecutar las órdenes primero debe ser puesta atención en lo que se dice.
Cuando una persona obedece los mandamientos de Dios es una evidencia de que en su corazón cree a Dios. Naturalmente es la persuasión de la verdad lo que produce la fe. Es decir, yo escucho la palabra de Dios y soy persuadido, (no forzado) a hacer o dejar de hacer y esto produce en mi vida obediencia, no por fuerza, sino voluntaria.
En el contexto que se lee, los empleados deben ser obedientes, pero no por fuerza, ni por amenazas, sino por que han sido persuadidos y comprender que son parte fundamental en el crecimiento y desarrollo de la empresa. Y su buena disposición para hacer lo que se les pide marcará una gran diferencia para el bien de todos.
Si el empleado comprende que él es parte fundamental para el alto desempeño de la empresa, y que esta en sus manos aportar en beneficio de todos, se vera persuadido a obedecer todas las indicaciones por el bien de la empresa.
Todo lo que se nos indique debemos hacerlo, de buena forma y con mucha prontitud. Ésto es eficacia.
¿A quien debemos obedecer en el trabajo?
Al patrón, jefe, encargado, etc. Es quien determinará ordenes que deben cumplirse, nuestra obediencia debe ser dada en primera instancia a nuestro Jefe directo, ya que el será el primer beneficiado o el más perjudicado si hacemos o no el trabajo.
¿Que esperan los jefes de sus empleados?
1.- Que sean fieles a su palabra.
2.- Que estén preparados con los detalles.
3.- Que tome su trabajo siempre en serio.
4.- Que cubra sus espaldas.
5.- Que ofrezca soluciones, no quejas.
6.- Que conozca realmente su trabajo.
El empleado está para hacer exitoso a su jefe, y el jefe para hacer exitoso a su empleado. Ambos se necesitan.
2.- Temor, Temblor, sencillez en el corazón, como a Cristo.
Temor, esta palabra significa miedo que nos lleve a ver a la persona de forma reverente. Sabiendo que tiene potestad sobre nosotros.
El jefe de trabajo tiene la facultad de premiarnos, si hacemos bien nuestro trabajo o de liquidarnos si lo hacemos mal, en este sentido debemos obedecerle sin perder de vista que él es digno de nuestro más amplio respeto. Así que nuestro trato hacia el debe ser, con temor y mucho respeto. Los cristianos de hoy deben ser hombres y mujeres altamente competitivos y con profundos valores, y el temor a nuestros jefes de trabajo debe ser un distintivo en los hijos de Dios.
El escritor dice ... Y temblor... Esto significa, temblar con temor. Observemos en que posición quiere Dios que estemos ante nuestros jefes de trabajo, en esa posición de obediencia, temor y respeto. Dígame, si hacemos lo que dice la Palabra de Dios ¿cuantos patrones se van a pelear por usted? Muchos, por supuesto, ¿quien no quiere un trabajador así?
Esta clase de trabajadores son lo que Dios quiere formar, y nunca tendrán necesidad de ningún bien. Porque serán reconocidos y socorridos por sus jefes toda la vida.
Sencillez en el corazón, el enemigo número uno del hombre es el egoísmo, pero una vez derrotado, estamos listos para pensar en los demás, hacemos a un lado nuestra propia comodidad y pensamos en el bien de otras personas.
Sencillez, proviene del griego, japlótes, que significa, de un solo aspecto, esto nos habla de sinceridad, es decir, sin disimular, pero también nos habla de ser generosos. Esto nos lleva a tratar a nuestro jefe con tal sinceridad que nos imposibilita totalmente a fingir ante él, o peor aun a dar una cara distinta a la que en verdad hemos dado, debemos ser sinceros pero también debemos ser generosos, todos necesitamos de un incentivo cierto? Pero casi siempre pensamos en el empleado, y de los jefes ¿quién se acuerda? Deberíamos poner en práctica esta principio reconociendo y siendo generosos con nuestros jefes de trabajo.
... Como a Cristo... Esto significa del mismo que, o de la forma que obedeces a Cristo, la obediencia no es un comportamiento circunstancial o intermitente, mas bien es constante y no de pende de quien este en autoridad, sino que es autoridad y por ese hecho debe ser obedecido.
¿Te opondrías a las órdenes directas de Cristo? ¿Con qué actitud sirves a Cristo? Se supone que debería ser con lo mejor de nosotros, pues si damos a Cristo lo mejor, pues del mismo modo debemos ser en nuestro trabajo sirviendo a nuestros jefes o patrones. Quien vive de acuerdo a esos principios, nunca tendrá falta de trabajo. Al contrario será bendecido con mucho trabajo, porque vive de acuerdo a los mandamiento de Dios.
La próxima vez que ores por un desempleado en la Iglesia, pide a Dios que lo llene de virtudes para que sea un buen empleado, no le pidas a Dios solo que le de un trabajo, sino que le ayude para que pueda conservarlo siendo un empleado eficiente, dando un buen ejemplo a los demás.
Pastor: Iván Elí García Díaz
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